El dolor de diez años de la computación mundial
En el último siglo, la humanidad ha redefinido varias veces la forma de las computadoras. Desde las enormes computadoras creadas a mediados del siglo pasado para la navegación de cohetes, hasta la llegada de las computadoras personales a cada hogar, y luego la aparición de los teléfonos inteligentes que metieron las computadoras en los bolsillos de todos. Cada salto en la capacidad de cálculo ha remodelado la forma en que las personas se conectan con el mundo.
En 2013, Vitalik Buterin, de 19 años, al jugar un juego, pensó por primera vez en serio: en el mundo digital, ¿quién garantiza que las reglas no sean cambiadas arbitrariamente? Si existiera una "computadora mundial" que no perteneciera a ninguna empresa, no estuviera bajo el control de un único poder y pudiera ser utilizada por cualquiera, ¿podría convertirse en el punto de partida para la próxima forma de computación?
El 30 de julio de 2015, la red principal de Ethereum se activó automáticamente en una pequeña oficina en Berlín. En ese momento, se encendió la chispa de la computadora mundial.
Punto de inicio y fuego